Qué me gusta salir a correr. Sobre todo en esta época del
año en la que comienza ya a refrescar un poco por la tarde. Me pongo mi ropa de
deporte, me enfundo mis botines, el pelo suelto... (reconozco que me gusta
llevarlo suelto hasta que empiezo a acalorarme, soy así de presumida no puedo
negarlo). Me pongo los auriculares, música cañera en inglés y…bye bye mundo, ya
estoy en otra dimensión.
Empiezo a caminar primero, a calentar la musculatura, que
aunque aún no tenga los 25 pero...la edad no perdona amigos. Me cruzo con gente
por la calle, y me voy alejando de mi zona. No sé porqué pero me gusta caminar
por sitios donde no me suenen las caras, que sean desconocidas para mí. Empiezo
a aligerar el paso y llego a un parque lleno de niños, niños con sus padres,
con sus abuelos, jugando tranquilos, y pienso: quién volviera otra vez a ser un
mico de éstos. Los enanos no tienen preocupaciones, salvo las propias de su
corta edad: dame la muñeca que es mía; quiero quedarme un rato más, mamá; quiero
jugar con ese perro… Y mientras los voy observando, me doy cuenta de la cara de
tonta pastelosa que llevo y rápidamente la cambio. ¿Me ha visto alguien reírme?
No, creo que no. Continúo mi camino, y uno de esos enanos se cae de su
bicicleta, sus padres vienen caminando desde lejos y yo lo ayudo a ponerse en
pie. Ni si quiera llora, solo me mira, serio. Respira y su nariz hace ese
ruidito típico que advierte que está cargadita hasta las trancas. El mocoso
vuelve a montarse en su bici y yo sigo adelante cruzándome con los padres, que
me dan las gracias y que no parecían muy preocupados por la caída. Les digo que
no hay de qué y por dentro pienso ¿lleva usted pañuelitos? Su hijo los necesita
señora. Pero sonrío y me callo.
Bueno ya es hora de esprintar un poco. Subo el volumen de la
música y al son de “Tonight i´m getting over you” de Carly Rae Jepsen empiezo
por fin a correr. Correr me resulta
tremendamente gratificante. Me ayuda a liberar tensiones, me relaja. Y me cruzo
con más gente haciendo deporte. Me gusta eso. Me gusta que a la gente le guste
llevar una vida más sana.
Tras el transcurso de una hora ya voy de camino a casa pensado
en la ducha que me voy a dar. Ya ha anochecido y vuelvo con otro ritmo
diferente, más relajado, con música soul de los 80´s y contenta por mi
fuerza de voluntad, que últimamente me estaba volviendo muy perezosa.
Y bueno gente, ahora ya duchada y cenada, estoy aquí
dándole a las teclas un poco, narrándoos mí tarde y esperando haberos animado a
moveros un poquito, que el deporte es vida y la vida puede ser maravillosa.
Os dejo una imagen de la que ha sido parte de mi caminata de hoy. Saludos.
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