jueves, 19 de septiembre de 2013

Septiembre

Cambio de tiempo. Septiembre. Sentimiento de comienzo pero, ¿comienzo de qué? No lo sabemos. Es quizá una norma no escrita, pero es llegar este mes y la melancolía trae a ti el deber de comenzar. Algo, lo que sea. ¡Vamos joder! Un proyecto nuevo, una nueva ilusión, algo que tire de ti y de la lastra que llevas encima, algo que concentre tus fuerzas en olvidar o en ignorar lo evidente. Algo que consiga engañarte, aunque sea por un instante, y te haga creer que eres feliz, que estás vivo y lleno de posibilidades.

Miras a tu alrededor. Gente. Gente por todos lados. Gente que sonríe, todos sonríen menos tu. Y desde sus dientes, relucientes o no, su sonrisa parece burlarse de ti. Y tú te preguntas: ¿qué les hará sonreír? Probablemente no todos sean felices pero sonríen. Sonríen porque es lo único que les queda, porque la sonrisa es de su propiedad y eso nadie puede arrebatárselo. Porque sonreír es de optimistas, de gente que no se deja vencer, de gente que sabe que su sonrisa, al cruzarse en un plácido paseo de septiembre contigo, puede hacer que tu también sonrías.

Quizá septiembre sea por siempre época de nuevo curso, del siguiente, o  la repetición de lo suspendido en el anterior, y en este curso, estudiantes, hay que sonreír y aprobar las asignaturas pendientes. 

SUERTE.

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